sábado, 11 de junio de 2011

Consulta médica XIV

-Adelante, Beroldo, pase por favor
-Hola doctor
-Me alegra finalmente verla. ¿Cómo se siente hoy?
-Muy bien, doctor, gracias
-¿No volvió a tener problemas para dormir?
-Por suerte, no. Es decir, a veces me cuesta conciliar el sueño pero no me ocurre siempre
-Bueno, téngame al día con eso. Si es necesario, llámame por teléfono. Usted sabe que a mí no me molesta, ¿verdad?
-Sí, lo sé. Y se lo agradezco infinitamente
- Igual, si me lo permite, quisiera hacerle una pregunta con respecto al tema
-¿A qué tema?
-¿De qué venimos hablando, querida?
-De mi problema para conciliar el sueño
-Exactamente
-Pregunte
-Evidentemente, cuando usted se acuesta, no logra relajarse fácilmente y por eso le cuesta dormirse. ¿En qué cosas piensa?
-Uh, no sabría especificarle
-No importa, Beroldo, no quiero que me cuente detalles, simplemente quisiera saber en qué tipo de cosas se queda pensando. ¿En lo que hizo durante el día, en lo que tiene que hacer al día siguiente, en algún episodio específico, en algo que la aqueja? ¿En qué?
-Siento que me está haciendo un interrogatorio, doctor
-No, no lo tome así. Discúlpeme, querida. Quise ser claro pero creo que la atosigué
-No se preocupe, fue claro. ¿Qué puedo decirle? Hay un poco de todo eso que mencionó. Pero acaso, ¿eso no es común? ¿usted no hace una especie de “balance” del día o de la semana cuando se va a dormir?
-Sí, claro que es común. Todos reflexionamos un poco sobre nuestro día, pero en algún momento es necesario desconectarse y así poder descansar. Y percibo que a usted le está costando justamente poder hacer eso
-Sí, tiene razón, doctor. Y ahora que me hace pensarlo, creo saber por qué me ocurre esto.
-¿Quiere decirme lo que piensa?
-Creo que me agarra miedo
-¿Miedo? No entiendo, ¿miedo a qué?
-Sí, es eso doctor. Es como si tratara de aferrarme el mayor tiempo posible
-¿Aferrarse a qué?
- Cuanto más tardo en dormirme, más dominio tengo
-Beroldo, no entiendo nada de lo que está hablando. ¿Me lo explica mejor?
-Sí, disculpe doctor. Es que ahora, en este momento, con esta charla me acabo de dar cuenta de qué es lo que me anda pasando y no tuve tiempo de ordenar las ideas
-Me hace reír, querida. Espero, entonces
-…
-¿Ya ordenó el discurso, puede expresarlo claramente?
-Sé que me está cargando, doctor. Pero sí, ahora estoy más ordenada
-La escucho
-Me acabo de dar cuenta de que mi problema radica en que, por las noches, pienso en todos los proyectos, en los planes que quiero llevar a cabo. Sí, es en lo que más pienso. En mis ideas
-¿En qué ideas?
-De todo tipo, ideas que se me ocurren durante el día y que a la noche retomo.
-Hasta acá no logro dilucidar el problema. Me parece muy bien el hecho de pensar en cómo llevar a cabo las ideas
-Justamente ahí radica mi problema. O mejor dicho, mi miedo
-Otra vez, ¿miedo a qué?
-A que esas ideas queden para siempre en borrador
-¿En borrador? Qué interesante forma de expresarlo
-Sí, en borrador. Creo que hay pensamientos, ideas y especialmente decisiones que, por algún motivo, quedan eternamente en nuestra sección “borrador” de la mente
-Creo que ahora sí la entiendo. Cuanto más tiempo se queda despierta pensando en esas ideas y decisiones que quisiera tomar, menos posibilidad de que queden en la nada. O como bien lo expresa usted, menos posibilidad de que pasen a ser un borrador que jamás se retomará
-Eso mismo. Por eso hablaba antes del dominio. Siento que si mantengo esas ideas ahí, como en la “superficie” de la mente, no van a pasar al borrador
-Muy pero muy interesante lo que analizó, Beroldo. Creo que hoy hemos avanzado suficiente. Ahora puedo decirle que, definitivamente, lo que usted necesita no son pastillas para dormir. La cuestión no pasa por ahí
-Totalmente de acuerdo, doctor. Y me alegra no necesitarlas
-Si le parece, la próxima continuamos el tema.
-Me parece muy bien
-Eso sí, no se lo “olvide”. No me lo mande al borrador.
-Muy gracioso, doctor
-Hasta la próxima, querida
-Hasta la próxima, doctor

No hay comentarios:

Publicar un comentario