sábado, 17 de octubre de 2009

Relaciones infinitas

Jamás dudó de los privilegios del lector. Tan segura estuvo siempre, que por momentos se sintió más protagonista que los propios personajes. Pensar en cuántos sufrimientos y felicidades compartió con aquellos que ahora reposan en la tranquilidad de los estantes, le produce un poderoso escalofrío que le eriza la piel.
Algunas vez leyó en esas páginas teóricas sobre la relación dialéctica entre el libro y su lector. Ahora comprende la resignificación que aquello implica y le da absoluta satisfacción. Frente al aparente final de cada ciclo, se enorgullece al comprender que la eternidad puede hacerse materia.

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