miércoles, 2 de septiembre de 2009

Una cierta Señora

Le gusta mucho jugar, sobre todo divertirse conmigo, o de mí. Corre, toma envión y se sube a la T. Trato de alcanzarla pero cuando estoy así de cerquita, pega el salto y aterriza en la panza de la D. Qué más quisiera yo que se quedara allí reposando y que me diera tiempo para conocerla. No puedo saber cómo tratarla si no me deja ni observar. Entonces, me hago la disimulada, y como quién no quiere la cosa, me acerco sigilosamente. Y otra vez. Hacia el vacío la veo volar. Esta vez hacia la Y. Dicen que considera a esta letra, como una de las más confortables. Claro, imagino que la razón es que puede reposar en su huequito sin miedo a caerse. Luego de un rato comienza a aburrirse y entonces cambia la comodidad por la diversión. En cuanto uno se descuida , la ve disfrutando del tobogán de la S.
Sí, en ésto se ha convertido nuestra relación. Yo la persigo y ella disfruta. Ojalá quisiera divertirse conmigo. Ojalá un día se diera cuenta de que juntas podríamos formar un buen equipo. Ojalá. Por lo pronto, trataré de no actuar de forma indebida. Si algo aprendí con el tiempo es que a Inspiración no le gusta que la presionen.

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